Un estudio reciente sobre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en Panamá alerta sobre un desafío: el 72% de las personas diagnosticadas inician tratamiento en etapa avanzada, lo que incrementa el riesgo de complicaciones, infecciones oportunistas y mortalidad.
Los resultados también reflejan la fortaleza del personal de salud y de las comunidades, que, con creatividad y compromiso, trabajan para que ninguna persona se quede atrás.
El informe, titulado “Características sociodemográficas y clínico-epidemiológicas relacionadas a enfermedad avanzada al momento de diagnóstico y a la mortalidad por VIH en Panamá (enero 2021-marzo 2022)”, fue elaborado por la Planta de Generación de Energía Social (PGES), en colaboración con el Ministerio de Salud (Minsa), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa, por sus siglas en inglés) e IntraHealth International.
El estudio se desarrolló en siete clínicas públicas del país —David, Colón, San Miguelito, la comarca Ngäbe-Buglé (San Félix y Pueblo Nuevo), el Hospital Nicolás Solano y el Hospital Santo Tomás— analizando la atención de personas que ingresaron al sistema con enfermedad avanzada o que fallecieron viviendo con VIH.
Desigualdades de la enfermedad
La mayoría de los pacientes estudiados son jóvenes entre 20 y 34 años, principalmente hombres que tienen sexo con hombres (HSH). Muchos enfrentan condiciones de vulnerabilidad como desempleo, informalidad laboral o migración, lo que genera barreras para el diagnóstico temprano.
Las provincias de Panamá, Panamá Oeste y Colón muestran la mayor proporción de inicios tardíos del tratamiento antirretroviral (TARV), mientras que en áreas rurales y comarcales persisten limitaciones graves en la capacidad diagnóstica.
Entre las infecciones oportunistas más frecuentes se encuentran candidiasis, tuberculosis, toxoplasmosis e histoplasmosis, evidenciando la necesidad de fortalecer el diagnóstico precoz y el acceso continuo al tratamiento.
Uno de los hallazgos del estudio es que una parte considerable de las muertes ocurrió en pacientes ya en tratamiento, pero cuyos expedientes estaban incompletos o sin diagnóstico confirmado.
Las principales causas de muerte fueron el síndrome de desgaste y diversas infecciones oportunistas. En la comarca Ngäbe-Buglé, la mitad de los expedientes carecía de diagnóstico preciso al momento del fallecimiento, reflejando brechas profundas en la capacidad del sistema para detectar y tratar a tiempo.
Aun así, el estudio destaca la resiliencia del personal sanitario y comunitario, que sigue creando estrategias adaptadas a las realidades locales, colaborando con médicos tradicionales y líderes comunitarios para acompañar a las personas que viven con VIH.
El valor del trabajo conjunto
La doctora Amanda Gabster, investigadora principal del estudio, señaló que las recomendaciones elaboradas por el propio personal de salud constituyen una guía práctica para mejorar la respuesta nacional.
“Estas propuestas fortalecen el acceso temprano al diagnóstico, la vinculación oportuna al tratamiento y la adherencia sostenida al TARV, que es esencial para prevenir muertes prematuras”, explicó.
Por su parte, Carlos Chávez, jefe de la Sección de VIH/ITS del Minsa, agregó que la evidencia servirá para “mejorar la red de atención y priorizar la prevención y el diagnóstico oportuno”.
Recomendaciones que apuntan a la equidad
El informe propone una serie de medidas que se alinean con los principios que AHF promueve en su labor global: prevención, equidad y acceso universal al tratamiento. Entre las principales acciones se incluyen:
- Fortalecer el diagnóstico temprano mediante campañas comunitarias y expansión de pruebas rápidas en zonas rurales.
- Asegurar el suministro constante de medicamentos antirretrovirales e insumos médicos.
- Capacitar continuamente al personal de salud en diagnóstico, consejería y adherencia terapéutica.
- Reducir inequidades sociales en la atención y fortalecer la coordinación con actores comunitarios y médicos tradicionales.
- Implementar sistemas de información digitalizados para mejorar la vigilancia epidemiológica.
- Ampliar el acceso a la profilaxis preexposición (PrEP), tanto oral como inyectable.
- Reforzar el acompañamiento psicológico y social para prevenir el abandono del tratamiento.
Durante la presentación del estudio, el viceministro de Salud, Manuel Zambrano Chang, subrayó que Panamá cuenta con las herramientas para hacer frente al VIH, pero necesita “superar los tabúes y priorizar la prevención”.
La evidencia presentada demuestra que cuando el conocimiento científico se une al compromiso social, las vidas se transforman, añadió.
Actualmente, 21,034 personas reciben tratamiento con TARV en Panamá, una herramienta que permite controlar la carga viral, evitar complicaciones y reducir la transmisión. Sin embargo, el sistema sigue dejando a muchos por fuera.
Mientras que en el 2024, 1,846 personas reiniciaron su tratamiento tras haberlo abandonado, lo que evidencia la fragilidad de la atención continua.
El estudio reafirma que el VIH es un reto de salud pública que exige respuestas integrales, sostenidas y con enfoque humano. Si bien los avances en diagnóstico y tratamiento han sido significativos, las desigualdades sociales y territoriales continúan afectando el acceso oportuno a la atención. Superarlas requiere voluntad política, inversión en infraestructura sanitaria y, sobre todo, el fortalecimiento de las redes comunitarias que día a día acompañan a las personas que viven con VIH.
Panamá tiene el conocimiento, la experiencia y el compromiso de su personal de salud para cambiar la historia de la epidemia; ahora, el reto es convertir la evidencia en acción y garantizar que cada persona, sin importar su origen o condición, pueda vivir con dignidad, salud y esperanza.
Para AHF Panamá, esta investigación válida hallazgos que viene identificando por medio del monitoreo de indicadores de atención en 7 Clínicas TARV, incluyendo las 2 clínicas en la Comarca Ngäbe Buglé, donde recientemente inauguró un programa de alcance comunitario para la prevención, diagnóstico y vinculación a la atención y tratamiento. Además, AHF ofrece pruebas rápidas gratuitas de VIH y Sífilis en su centro de Ciudad de Panamá, el atendimiento es sin cita y las personas pueden acceder a consultas médicas y tratamiento en caso de síntomas de Infecciones de Transmisión Sexual.

